El otro día mi amigo Javi me dio una alegría inesperada, cuando me confesó que muchas veces se metía a leer este blog, y que le gustaba mucho. Me dijo que había intentado poner comentarios pero que no le dejaba hacerlo. Os recuerdo que aparte de tener una cuenta de Hotmail, en el libro de visitas se puede escribir sin condiciones.
Eso me hizo reflexionar sobre los cientos de lectores anónimos (siendo muy optimista) que tendrá un blog modesto como éste, y que a lo mejor nunca conoceremos. Gente que te deja un mensaje en el libro de visitas y te dice que le ha gustado mucho o que “eres un filósofo de cojones”. Hay gente por ejemplo que entra regularmente desde EEUU o Méjico que no tengo ni idea de quién o quienes pueden ser. Es increíble las posibilidades que ha abierto Internet, sólo con la limitación del idioma.
También me acordé de mi relación con la lectura y la escritura desde muy pequeño. Mi madre me enseñó a leer muy pronto, en párvulos la profesora me regaló otros dos libros porque me terminé el oficial con 5 años. Con 7 ya había escrito mi primer relato, y me bebía los libros de mi padre del colegio. Con 9 devoraba absolutamente todo lo que caía en mis manos, desde los libros del carnet de conducir de mis padres a tebeos, novelas de aventuras, libros de zoología. Mis mejores amigos pasaron a ser Sandokán, el Capitán Trueno, el capitán Nemo… Me encantaba sumergirme en otros mundos con Emilio Salgari, Julio Verne, Karl May. Qué fácil era viajar a otros países sin salir de casa, vivir las aventuras de un héroe, navegar por los mares del Sur o naufragar en una isla desierta…Luego llegaron los libros de política y de historia, y la poesía, y aquella vez en que vencí mi timidez de leer en público (más bien mi profesor me obligó) subido a una silla en clase de literatura una poesía que me pusieron como ejercicio. Aquellos primeros versos, cientos de hojas rotas y tiradas, aquel día en que me di cuenta de que todo lo que había escrito era basura y lo tiré todo, menos mi primer relato…Y finalmente el teatro, Rodero como Enrique IV, Pirandello y Seis personajes en busca de autor, Buero Vallejo…
Ahora me confieso un lector compulsivo, suelo leer tres o cuatro libros a la vez, para ir cambiando de género. Y voy dejando en un rincón de este blog mis últimas lecturas. Mis intereses se centran en política, historia, divulgación científica, ensayo, y alguna vez en novela, poesía y teatro. Todo mi esfuerzo se orienta a entender el mundo y el hombre, es un puzzle que no voy a terminar nunca, pero en los trozos que completo voy adquiriendo comprensión.
En mi adolescencia, la música empezó a comerse mis atenciones, pero siempre he tenido un rinconcito para una hoja en blanco, donde plasmar mis sentimientos, mis emociones, abrir el grifo de la palabra escrita y dejarlo correr. Desde entonces he practicado más el artículo y el ensayo, creo que en la distancia corta es donde mejor me manejo. Y este blog, amigo lector, es ahora mi rincón donde corren mis emociones. Espero que te guste. Y gracias por estar ahí, Javi.