LA HISTORIA DE MARCUS DUPREE

Hay historias que te muestran cómo es la vida, dulce y amarga, con cosas que puedes controlar y otras que no, con otras personas que, sin querer hacerlo, te condicionan; cómo tu entorno te influye para tomar decisiones, para bien y para mal. Donde el talento es un don, pero no es la respuesta, y sí a veces plantea muchas preguntas. Y el deporte muchas veces le añade esas gotas de épica que en nuestros días representa lo que antiguamente podían ser las batallas, las justas entre caballeros, los duelos o las luchas de gladiadores.

Marcus Dupree nació en Philadelphia, Missisippi, tres semanas antes de un suceso que la haría conocida en todo Estados Unidos. Esta ciudad es tristemente famosa por el asesinato de tres jóvenes activistas de los derechos civiles en 1964, que inspiró la película Arde Mississippi, de Alan Parker. Hasta 1970 no hubo blancos y negros juntos en el mismo colegio, y hasta el año 2009 no fue elegido un alcalde negro, y ganó por 46 votos. Su extraordinaria historia está contada en un documental absolutamente maravilloso, The best that never was, de la serie de ESPN 30 for 30.

Marcus fue posiblemente el mejor running back de fútbol americano de instituto de la Historia, y posiblemente uno de los mejores en la Universidad. Uno de los más grandes atletas puros de la Historia del deporte, una combinación única de potencia, fuerza y velocidad. Con 14 años, con 1,90 m de estatura y 100 kg de peso, corría las 40 yardas en 4,4 segundos. Rompió el record de anotaciones en la historia del fútbol de instituto que tenía Herschel Walker con 87. Eran tan bueno que su entrenador tuvo que responder 100 llamadas diarias de reclutadores universitarios durante el último mes de reclutamiento. Hubo entrenadores viviendo semanas en su pueblo para intentar reclutarle. Fue tan agobiante que incluso se escribió un libro titulado El cortejo de Marcus Dupree, en el que también se cuenta cómo el ambiente racista que podemos ver en la película mencionada va cambiando por la influencia de los triunfos de Marcus en el campo. En su último partido de instituto, jugado en una reserva india, un público de 400 personas compuesto a partes casi iguales de blancos, negros e indios jalearon su último touchdown, incluidos Sid Salter y Cecil Price Sr, implicados en el asesinato de los tres chicos de los derechos civiles. El hijo de este último se hizo amigo íntimo de Marcus y era su compañero de equipo. Philadelphia, Mississippi volvió a los periódicos y a los medios por razones muy diferentes.

Pero en la Universidad de Oklahoma no acaba de triunfar. Tras una primera temporada extraordinaria, lesiones y problemas con su entrenador Barry Switzer le hacen abandonar a comienzos de su segundo año. El mismo Switzer ha reconocido años después que no supo manejar bien esa situación. Decide cambiarse de universidad, pero las normas le obligan a pasar dos años sin jugar. Ante esa perspectiva, con un hermano minusválido, decide fichar por la USFL, la única liga profesional que puede acogerle, para ganar dinero que necesita. En su segunda temporada se lesiona de gravedad en una rodilla y su carrera parece haber terminado. Tiene solamente 21 años y ya es un jubilado prematuro. Todo el dinero que ha ganado como profesional se lo ha estafado la persona en la que depositó su confianza para llevar sus cuentas. Y ahí está, arruinado y lesionado de por vida.

Pero Marcus no se rinde. Cinco años después, decide volver a ponerse en forma para volver a intentarlo. Pierde 45 kilos en tres meses y vuelve a correr las 40 yardas en 4,3 segundos, mejorando su marca anterior. Consigue una oportunidad en la NFL con Los Angeles Rams, y juega dos temporadas. Siendo el mejor corredor de la plantilla en la pretemporada, es despedido por el nuevo entrenador, por no ser lo bastante versátil. Al final del todo, sus rodillas no pudieron más.

Al final tiene que buscar un trabajo, y consigue trabajar de camionero gracias a su amigo Cecil Jr, el hijo del racista implicado en los asesinatos de 1964. Su antiguo compañero de equipo y su amigo, también en los momentos malos.

Hoy Marcus Dupree trabaja como supervisor de BP en tareas de limpieza de petróleo en el golfo de Mississippi. Su nieto juega al fútbol americano. Y hoy, mirando atrás, alguien podrá contarle que su abuelo fue el más grande jugador de la Historia del fútbol de instituto, y sobre todo, que nunca, nunca se rindió, y que lo siguió intentando con todas sus fuerzas, hasta que el mundo entero pudo con él. Incluido él mismo.