EL PUEBLO, LA CALLE Y LOS MOVIMIENTOS SOCIALES


Llevo varios días reflexionando sobre la mofa que algunos (muchos) han hecho acerca de la concentración de protesta que convocó UPyD por el hecho de que un auto judicial declarara probado que el PP se ha financiado con dinero negro. Y de las afirmaciones que he leído me quedo con una porque me parece de lo más significativa: “Muchos otros grupos, del ámbito político y de los movimientos sociales han estado en la calle desde hace años plantando cara a este gobierno en diferentes ámbitos y UPyD ni estuvo ni quiso estar”.

Conste que a partir de aquí las opiniones que voy a dar son mías y de nadie más, y que no hablo en nombre de nadie, salvo en el mío propio.

En primer lugar, voy a analizar qué significa estar “en la calle”. En mi opinión, estar en la calle implica atender las necesidades y los problemas de los ciudadanos. Escuchar su voz, sus necesidades y sus quejas. Establecer vías para que las personas que trabajan y son especialistas en cada sector te expliquen, te cuenten, y te transmitan las soluciones que ellos creen que deberíamos proponer a los problemas. Y eso se consigue contactando con las asociaciones de cada sector, los sindicatos y todo tipo de grupos sociales a todos los niveles, reuniéndote con ellos. Y con toda esa información que se reúne tratar de proponer soluciones creíbles a los problemas reales de la sociedad: el paro, la corrupción, el deterioro de los servicios públicos, etc. Eso lo llevamos haciendo en UPyD desde nuestra fundación, y todas las semanas nos reunimos por toda España con asociaciones y grupos representativos para conseguir elaborar propuestas que traten de resolver los problemas reales de las personas. Contamos con grupos de trabajo a nivel nacional, autonómico y local, especializados por sectores, que realizan esta labor con la sociedad.

Pero también escuchar a los ciudadanos uno por uno. Para ello tenemos cauces como el UPyDía, en el que los cargos públicos de UPyD atienden a todo ciudadano que quiera hablar con ellos sin cita previa un día de la semana. O la iniciativa “pregunta al Gobierno”, en la cual cualquier ciudadano puede hacer una pregunta al Gobierno. La iniciativa de Elena Alfaro, una ciudadana corriente, fue llevada al Congreso y aprobada.

Por supuesto que manifestarse es muy loable y es un derecho que últimamente se trata de conculcar desde el Gobierno. Pero la política verdadera y efectiva en mi opinión consiste en identificar los problemas reales de los ciudadanos y proponer soluciones factibles. Otra cosa diferente puede abarcar un rango de cosas distintas de la política real, desde el desahogo hasta la propaganda, pasando por la presión a través de la protesta.

Vamos ahora con los “movimiento sociales”. Son políticos, ya que tratan de influir en decisiones de los gobiernos o los partidos políticos, aunque no se presentan a las elecciones ni se les puede votar. Además, pueden ser de muy diverso signo: a favor del aborto o en contra, por ejemplo.

Lo que habitualmente son es golosina apetecible de los partidos políticos, como en el caso del 15m: el propio movimiento denunció la estrategia de Izquierda Unida de fagocitación de movimientos sociales, buscando evidentemente réditos electorales. Un informe del propio Partido Comunista de Andalucía revela que tienen como estrategia colonizar y controlar esos movimientos sociales, agrupados en la plataforma Ganemos.

PSOE e IU tradicionalmente han colonizado o creado ex novo asociaciones en todos los ámbitos (cultural, social, feminista, etc), así como los partidos nacionalistas en su ámbito geográfico, e incluso el PP en su ámbito. Ejemplos hay en abundancia. Fundaciones y ONGs en el ámbito del feminismo, los servicios sociales y la cooperación al desarrollo, como Solidaridad Internacional, MPDL, Fundación Mujeres, incluso Cruz Roja Española, son ejemplos del primer tipo. Al Fondo Andaluz de Municipios para la Solidaridad Internacional (Famsi) se le exigió la devolución de 264.538,57 euros relacionados con tres proyectos no justificados.

Ejemplos del segundo tipo (CiU, ERC) lo tenemos en Òmnium Cultural (que llegó a recibir 600.000 euros para su nueva sede por Carod Rovira); el Cercle Català de Negocis, la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI), el Centre Internacional Escarré per a les Minories Ètniques i les Nacions (Ciemen), la Fundació Catalunya Estat, la Plataforma per la Llengua, la Asociación Catalana de Profesionales (ACP), la Plataforma pro Seleccions Esportives Catalanes, y otras más que han recibido millones de euros durante los últimos años. Por parte del PNV y los proetarras tenemos el mismo escenario: de hecho ETA tenía como estrategia por escrito colonizar todo tipo de asociaciones (culturales, deportivas, etc). Incluso el PP ha maniobrado para eliminar a Mayte Pagaza como presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo por María del Mar Blanco, tal y como explica magistralmente Santiago González.

Esta noticia lo explica todo: un informe del Tribunal de Cuentas rechaza los acuerdos de colaboración firmados entre la Fundación Caja Madrid y Fundeste (IU), Fundescam (PP) y la Fundación para el Estudio de los Problemas de las Ciudades (PSOE) por ser demasiado genéricos y su ánimo de “liberalidad”. ¿Y quiénes estaban sentados en el Consejo de Administración de la caja entonces? Exacto, lo han adivinado: PP, PSOE e IU.

En el fondo es la misma estrategia que siguen de colonizar y politizar el CGPJ, el TC, el TS y todos los demás organismos reguladores o que les tienen que controlar. Por un lado, intentan hacer que los movimientos sociales giren hacia donde a ellos les interesa, eliminando aquellas personas que son molestas o que no les siguen el juego; y por otro lado, hacen electoralismo con ellos, y se presentan luego como los que les han apoyado en sus reivindicaciones. Todo ello regado con abundante maná en forma de subvenciones: quien maneja el Boletín Oficial correspondiente tiene la llave del grifo del dinero.

UPyD ha sido el único partido hasta ahora que no ha entrado en este juego, no queriendo estar en consejos de administración de Cajas de Ahorros o televisiones autonómicas; y actuando como simple receptor de información de las asociaciones sectoriales y de los ciudadanos individuales, en tanto expertos en cada sector, como simples ciudadanos, en tanto tales. Y sin ninguna pretensión de colonizar nada, pero tampoco de servir de altavoz de reivindicaciones corporativistas.

Es curioso analizar la relación de Podemos con los denominados movimientos sociales. En su módulo de relación con los movimientos sociales, dicen algo muy revelador (el subrayado es mío): “Son los movimientos sociales –entre los que PODEMOS se encuentra- los que consiguen virar la opinión pública y transformar la realidad. Con su ayuda, será más sencillo resistir a la presión de los medios de comunicación que opten por una ‘estrategia del miedo’ y que presentan el programa de las mayorías sociales como ‘irrealizable’ o ‘populista’. Para ello es fundamental la existencia de movimientos sociales autónomos con agenda propia e independiente. Ellos impulsarán el desmoronamiento de las élites del 78. Es decir, no es PODEMOS quien ha de guiar a los movimientos sociales sino que son ellos los que nos ayudan a reconocer el camino a seguir. En ocasiones habrá discrepancias y eso también será necesario para que los participantes más activos en PODEMOS no pierdan la perspectiva. Pero, a pesar de las divergencias, en momentos puntuales debemos de ser capaces de golpear juntos para golpear más fuerte entre activistas de PODEMOS y de movimientos sociales”.

Es decir, por un lado dicen que “La ola abierta de indignación social desde el 15M ha impulsado numerosas iniciativas sociales y ciudadanas para recuperar la soberanía política y económica. Hemos ocupado las plazas, paralizado desahucios, participado en las Mareas Verde, Blanca o Granate, apoyado acusaciones populares en casos de corrupción, o impulsado cooperativas, centros sociales o asambleas de trabajadores”. Y sin embargo no se consideran herederos del 15m. «Estuvimos en el 15-M y aprendimos mucho en las asambleas. El 15-M abrió la puerta para romper el secuestro de la política por parte de la casta. Sin este movimiento, Podemos no hubiese sido posible. Fue una ventana de oportunidad para los ciudadanos, pero nosotros no somos herederos del 15-M», asegura Iñigo Errejón, director de campaña del partido.

Aquí sí que tenemos una versión amable de la posición de PP-PSOE-IU, que es la colonización amistosa. Es decir, vuestra luz nos guía, pero nosotros tendremos la última palabra. Este documento (y su posición en general) es un vivo sin vivir en mi continuo, con párrafos como éste: “Hemos de respetar la autonomía de los movimientos sociales, evitando la identificación del movimiento con ningún partido político”. Comparar con el mencionado arriba “Son los movimientos sociales –entre los que PODEMOS se encuentra-“…Sin comentarios.

Para terminar, quiero decir que la acción política se lleva a cabo en las instituciones. Manifestarse es un derecho en democracia, pero es algo complementario y secundario en mi opinión. De hecho, en muchas de esas manifestaciones no se han escuchado soluciones, sólo denuncia de los problemas. La política para mí consiste en detectar los problemas reales de los ciudadanos y después buscar y encontrar las soluciones adecuadas. Una vez encontradas, llevar propuestas a las instituciones y tratar de sacarlas adelante. Tan sencillo como eso. Eso es hacer política. El BOE no es sólo el grifo que sirve para regar con dinero a los amigos. Sobre todo es la vía para aprobar leyes que resuelvan los problemas de la gente.

Visto lo visto, soy un iluso sin solución.

Deja un comentario