MI GRAN DEUDA GRIEGA


Estoy leyendo un libro escrito en 2012 por Michael Lewis titulado Boomerang (viajes al nuevo tercer mundo europeo) y estoy flipando en colores. Recomiendo sinceramente su lectura para que nos demos cuenta la cantidad de información sesgada o directamente mentiras que nos cuelan por la rendija de la televisión, la prensa, la radio, internet, etc, respecto de la crisis económica.

En el libro se habla también de otros países (Irlanda, Islandia), pero lo de Grecia me parece lo más interesante. Ahora que parece que hay un principio de acuerdo entre Grecia y la UE respecto de la prórroga del programa de rescate, creo que es muy importante ser conscientes de cómo se ha llegado a la situación actual.

La situación que Michael Lewis se encuentra cuando viaja a Grecia y comienza a recabar testimonios es alucinante. El país de Europa donde más autónomos hay porque nadie paga impuestos, solamente los asalariados. Donde un cirujano plástico declara 12.000 euros anuales de ingresos. Donde hasta los médicos aceptan sobornos por colarte en la consulta. Donde el fraude fiscal es una religión, y dos inspectores de Hacienda le llevan una carpeta llena de casos reales de fraude tapados por el Estado, y ambos inspectores son castigados ¡por su propio Gobierno! por hacer bien su trabajo.

Un país que cuando entró en el euro afirmaba tener un 3% de déficit público y realmente andaría más cerca del 12%, sin contar los sobornos y el fraude fiscal. Una deuda de 1,2 billones de dólares, que eran en 2012 más de un cuarto de millón por cada griego con empleo. Lewis lo clava en este párrafo: “Al final lo que los griegos quisieron hacer, una vez que se apagaron las luces y se quedaron solos, fue convertir su Gobierno en una piñata repleta de dinero y dejar que sacara tajada de ella el mayor número posible de ciudadanos”.

El sector público griego ha duplicado el gasto desde el año 2000. En él una persona gana tres veces más que en sector privado en igualdad de condiciones. Los Ferrocarriles nacionales tienen unos ingresos de 100 millones de dólares y unos gastos de personal de 400 más una partida de otros gastos de 300 millones. Stefanos Manos, nombrado ministro de finanzas, dijo que sería más barato meter a todos los viajeros del tren en taxis.

El sistema sanitario invierte en suministros más que la media europea, y es muy normal ver al personal llevarse esos suministros a su casa, así como pagar al médico para que te atienda antes en las consultas. El sistema educativo, uno de los peores valorados del mundo, tiene cuatro veces más profesores por alumno que Finlandia.

La edad de jubilación para las profesiones calificadas como duras es de 55 años en hombres y 50 años en mujeres. Si miramos la lista de profesiones calificadas como tales vamos a alucinar en colores: peluqueros, locutores de radio, camareros, músicos.

Y el tema de los sobornos es el deporte nacional: se da simplemente por supuesto que cualquiera que trabaje para el Gobierno tiene que ser sobornado.

Y lo más curioso del caso griego son sus bancos. Casi fueron los únicos de Europa que no compraron bonos basura e hipotecas subprime. Su único problema fue que prestaron al Gobierno griego unos treinta mil millones de euros. No fueron los bancos los que se cargaron el país, el país se cargó a los bancos…

En Grecia no hay un Registro de la Propiedad. Por lo tanto, las propiedades cambian de manos sin constancia oficial alguna, solamente se liquida un impuesto municipal en el que no hay ningún control sobre las cantidades declaradas. Y por otro lado, la inspección fiscal es casi inexistente, aunque desde 2009 se ha mejorado mucho en este sentido. Pero el problema sigue siendo muy complicado controlar la evasión fiscal de profesionales liberales. La corrupción y el fraude casi es algo cultural.

Después de todo esto, es alucinante que se nos venda esta situación como la lucha del pueblo contra los recortes y la dictadura de la Troika, como por ejemplo en este artículo de Vicenc Navarro: “Pero el gran dato de las negociaciones es que, a pesar del enorme desequilibrio de fuerzas, la movilización de un pueblo en apoyo de las demandas justas de su gobierno puede conseguir victorias en un proceso en el cual solo hemos visto el inicio de una larga lucha, pues es ahora cuando la parte difícil comienza. Ceder y caer en un desánimo es lo que la reacción desea. Lo que ha ocurrido en Grecia muestra que cuando la población se mueve, se pueden ganar batallas. Y también muestra la falsedad de los argumentos utilizados por los gobiernos Zapatero y Rajoy (y Mas en Catalunya) de que no hay alternativas. Incluso en un caso extremo, como el de Grecia, con un gran desequilibrio de fuerzas, se pueden desarrollar otras propuestas”.

Con los matices que se quieran, pero el caso es que nadie le puso una pistola en el pecho a Grecia para entrar en el euro, y han mentido y falseado las cuentas para poder pertenecer. Si nos indignamos porque desde el Estado en España se han rescatado a los bancos y las cajas con dinero público, igualmente lo tendríamos que hacer con la inmensa mayoría de un país y con los sucesivos gobiernos que han mentido y engañado, practicando la política adolescente de barrer la mierda debajo de la alfombra y mirar para otro lado, y cuando todo sale a la luz echar la culpa a todo el mundo, pero no hacer lo que haría una persona adulta normal: asumir las consecuencias de los propios actos y buscar la forma de solucionar el desastre que se ha creado.

La situación actual desde luego es dantesca: la deuda griega es un 177% del PIB de Grecia. Y con la situación que acabamos de describir, hablar de crear 300.000 puestos de trabajo en el sector público y social, subir el SMI de 580 euros a 751, subir las pensiones, o anular las privatizaciones, más que un programa electoral parece una broma de Syriza. Han jugado al póker con las cartas marcadas, les han pillado y ahora quieren seguir jugando pidiendo prestado a quien ya les prestó antes. Análisis como los de Vicenc Navarro diciendo que el rescate a Grecia ha sido para pagar a la banca privada (“para evitar las pérdidas de los bancos europeos, entre otros, el Estado español ha terminado comprando bonos griegos por valor de más de 30.000 millones de euros a través del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera”) obvian el hecho de que fue el Gobierno griego el que pidió prestado a los bancos griegos, en qué se lo gastó y por qué no devolvió esos préstamos. Otra vez la política del adolescente, echando la culpa a los demás. Y el Gobierno de Samaras no hizo nada…nada más que destapar la basura almacenada debajo de la alfombra.

6 comentarios en “MI GRAN DEUDA GRIEGA

  1. Muy bueno, Don Josejazz. Totalmente de acuerdo con usted.

    A mí también me impresionó Boomerang. Y Días de Ira, el nuevo libro de Hermann Tertsch habla también del tema, y de Europa, y de España… Y con todas estas cosas, da auténtico miedo.

    • Muchísimas gracias amiga por su comentario, yo estoy leyendo ahora el libro de Hermann Terstch y me está gustando mucho. Aunque en algunas cosas discrepo de lo que cuenta, creo que cuando lo termine escribiré alguna reflexión sobre este libro. Un saludo cordial.

    • Muchas gracias por el comentario. El libro de Tertsch está muy bien, lo estoy disfrutando mucho, pero creo que hay algunos matices que hacer, próximamente en esta pantalla. Un abrazo!

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