CARTA A BENJAMÍN GONZÁLEZ

Internet es acojonante. El 29 de diciembre pasado compruebo que tengo 144 visitas en mi blog en un solo día. Casi todas ellas provienen de Chile, y todas como resultado de buscar las palabras gregario y egregio. El mes siguiente sigo teniendo muchas visitas con esas características  Escribo una segunda entrada titulada Gregario y egregio. Y en ella pido a quienes han participado de estas visitas que por favor me indiquen el motivo, que yo atribuyo a algún trabajo universitario o escolar. Y acabo de recibir un comentario de Carmen, una chica de Chile, explicando «yo soy una de esas 144 visitas en tu blog» en un solo día de repente. El motivo es que esas palabras aparecen en el discurso de Benjamín González, un estudiante del Instituto Nacional, un destacado colegio de Chile (incluso se puede decir que el mejor de todos), que en su discurso final hizo una crítica atroz del sistema educativo del mismo, su profesorado y una supuesta visión de la vida que se fomenta desde él. El discurso completo lo podéis leer aquí.

Quisiera desde mi desconocimiento de la realidad chilena escribir unas líneas a Benjamín. Amigo, primero felicitarte por tu valor. Evidentemente eres una persona egregia; lo fácil es confundirte con el entorno, mimetizarte. Hay que ser valiente para, en el que se supone tu momento cumbre, decir cosas que nadie quiere escuchar, tengas o no razón al decirlas.

En segundo lugar, hay cosas que denuncias que comparto. La primera de todas, el objetivo que debemos seguir en la vida. Como ya he comentado otras veces en este blog, a este mundo hemos venido a ser felices, en primer lugar. El éxito para mí es ser feliz en la vida, y todo lo demás es un medio para ello. La gente que persigue el dinero, el prestigio, el estatus social como un fin en sí mismo, en el fondo persiguen un fantasma. Esto ya lo he comentado antes aquí. La segunda es que la pretendida excelencia del colegio es una mancha en todo el sistema educativo chileno. Lo que debemos intentar conseguir es que todos (o la inmensa mayoría posible) de los colegios lo sean. Como muy bien dices, si tu antiguo colegio hubiera sido igual de bueno, no te hubieras movido de él. Aquí en mi región la expresidenta de la Comunidad de Madrid ya intentó crear “institutos de excelencia” para alumnos privilegiados. Y lo que le dijimos fue que institutos de excelencia tenían que ser todos, no solamente unos pocos. Que el objetivo verdadero tiene que ser la excelencia de todos los que sea posible, y que cada año todos sean mejor que el año anterior.

Denuncias asimismo los mitos y las tradiciones, como por ejemplo decir que ellos, los institutanos, nunca se equivocan. El error, querido amigo, es justamente lo que nos hace más humanos. La diferencia es que todos nos equivocamos, pero tenemos que intentar aprender de nuestros errores. La vida es un continuo aprendizaje y conocimiento de nosotros mismos y de nuestro entorno. A este mundo no venimos con un manual de instrucciones, y el que pretenda tenerlo es un iluso.

Por el contrario, te diría que el ánimo de lucro en sí mismo no es algo negativo. La corrupción, el nepotismo, sí que lo es. Pero creo hasta ahora que el sistema económico que tenemos, con sus muchos defectos, es el menos malo posible. Y no veo alternativas reales mejores. La gente no emigra en masa a Cuba, Corea del Norte o Venezuela, sino más bien en sentido contrario. Superarse a sí mismo y querer tener una vida mejor no es algo condenable. En España se habla muy bien de Chile comparándolo muy favorablemente con sus vecinos en Sudamérica precisamente porque no han caído en experimentos gaseosos de resultados no muy encomiables. Mi país nunca será nada mientras el 8% quiera crear una empresa y el 75% quiera ser funcionario.

También te diría que el esfuerzo, la excelencia, tampoco es algo malo en sí mismo. En mi país llevamos tres décadas de decadencia educativa, precisamente porque unos cuantos cráneos privilegiados decidieron un buen día que esas cosas como la evaluación de los conocimientos, el trabajo, la exigencia, la disciplina, el estudio, son cosas aburguesadas, fascistas y retrógradas, y tienen que ser abolidas. Este chiste resume bastante bien la situación y la evolución (más bien involución) que ha sufrido la enseñanza en España en los últimos años, para nuestra desgracia. Mi compañero Adrián Begoña habla de ello en su blog y yo también he hecho referencia en otro post. Por supuesto que hay que enfatizar el trabajo en equipo, porque mañana en el mundo laboral vas a tener que interactuar con otras personas, salvo que trabajes en un faro o vigilando una estación eléctrica. Pero hay que evaluar los conocimientos y las habilidades. Porque es triste para mí decir que hoy en día a un chico de tu edad en mi país le das un artículo de un periódico generalista (el País, por ejemplo) para que nos haga un resumen, y probablemente ni lo entienda ni sepa escribir una cara de folio con coherencia, por no hablar de las faltas de ortografía.

Por último, te animo a que sigas siendo un rebelde. En el buen sentido de la palabra. Que te rebeles contra todo: que analices las cosas, que no te precipites al juzgar. Que tu pensamiento preceda a tu palabra. Practica la epoché, la suspensión del juicio, como Sócrates. Que no te dejes llevar por los apriorismos ni por los prejuicios, ni por lo que está de moda u opina la mayoría. Será mucho más incómodo, pero muy gratificante también. Y no tengas miedo de equivocarte. Un ser que no tuvo miedo de equivocarse, hace miles de años, ha llegado a conquistar la Tierra. Podrás llegar a ser lo que quieras ser, solamente con tu esfuerzo. Nada más y nada menos, Benjamín.