En uno de los episodios del programa de fútbol americano Café Lombardi, al que de vez en cuando me admiten como animal de compañía, hablamos este año de las diferencias entre la NBA y las demás ligas profesionales norteamericanas en lo que concierne a la defensa de los derechos sociales. Comentamos que la NBA lleva mucha ventaja al resto, y a la luz de los últimos acontecimientos, he decidido rescatar brevemente las dos primeras veces que ocurrió algo similar a lo que está pasando ahora en la NBA.
Se dice estos días que estamos ante un hecho histórico, al haberse aplazado los partidos correspondientes a los playoff de la NBA que debieron jugarse el pasado 26 de agosto, debido al tiroteo de la policía contra Jacob Blake, que recibió siete disparos en la espalda, y que puede quedar paralítico, al tener dañada la médula espinal.
Quiero hoy contar brevemente los dos primeros episodios de boicot, ocurridos hace casi 60 años. El primero de ellos es bastante similar a lo que está ocurriendo ahora, y el segundo es relativo a los derechos laborales de los jugadores, pero en ambos casos los jugadores lucharon para defender lo que consideraban justo, poniendo en riesgo sus carreras deportivas.
El primero de ellos sucedió en 1961. Los Celtics de Boston y los St. Louis Hawks tenían que jugar un encuentro de exhibición en Lexington, Kentucky. La NBA trataba de despertar el interés de los locales, ya que los jugadores Frank Ramsey de Boston y Cliff Hagan de St. Louis habían sido compañeros de equipo en la Universidad de Kentucky. Pero no todos los jugadores de los Celtics y los Hawks serían bienvenidos como Ramsey y Hagan, ambos blancos.
Hay que decir en primer lugar que los Boston Celtics han tenido fama de ser un equipo con pocos jugadores negros. Sin embargo, los Celtics han abierto más puertas raciales que ningún otro equipo en el deporte norteamericano. En 1950, su propietario Walter Brown seleccionó al primer jugador negro en la historia de la NBA en el draft, Chuck Cooper, con la decimocuarta elección total. Cuando le dijeron que era un negro, y por lo tanto, no era seleccionable, él dijo que mientras supiera jugar le daba igual si era de lunares.
Cuando en 1956 enviaron a dos jugadores blancos miembros luego del Hall of Fame Cliff Hagan y Ed Macauley para conseguir el número dos del draft y elegir a Bill Russell, todos se rieron de Red Auerbach, porque pensaron que había cometido un tremendo error. Pero Russell fue la primera super estrella negra elegida por un equipo en la NBA, y el jugador de la historia con más títulos de campeón, con 11, record todavía hoy vigente. En 1965, los Celtics fueron el primer equipo en poner a jugar un quinteto titular integrado por cinco jugadores negros (Russell, Sanders, K.C. Jones, Sam Jones and Willie Naulls). En 1966, fueron el primer equipo con un entrenador jefe negro, cuando Russell sustituyó a Auerbach.
Sin embargo, los propios jugadores negros vivieron episodios de racismo en Boston: la casa de Russell fue atacada violentamente, no podían abrir negocios en el centro de la ciudad, a algunos les plantaron cruces ardiendo en el jardín de su casa; incluso la ceremonia de retirada de la camiseta con el número 6 de Bill Russell tuvo que hacerse sin público en el Boston Garden.
Pero volvamos a 1961. El incidente tuvo su origen en el hecho de que a dos jugadores de Boston y futuros miembros del Hall of Fame, Sam Jones y Thomas Sanders, se negaron a servirles el desayuno en la cafetería del hotel en el que se alojaban los Boston Celtics. “Habíamos bajado a comer y dijeron: ‘Bueno, realmente no podemos servirles a ustedes’”, dijo Sanders en 2018.
Entonces, Bill Russell, que ya había ayudado a los Celtics a ganar cuatro de esos anillos, fue a la habitación del legendario entrenador Red Auerbach junto con K C Jones, a decirle que los jugadores negros del equipo se negaban a jugar, y que volvían a Boston. «Le dije a Red que nos íbamos», recordó Russell en 2013. «Dije que era porque era importante para mí que todos, en todas partes, supieran que los jugadores negros están decidiendo que se defenderán por sí mismos». Y ya en 1961 dijo: “me estoy dando cuenta de que somos aceptados como artistas, pero que no somos aceptados como personas en algunos lugares. «
Se unieron al boicot un rookie de los Celtics, Al Butler, y dos jugadores de San Louis. Uno de ellos fue Cleo Hill. El caso de este jugador es peculiar, una especie de caso Kaepernick muchas décadas antes. Fue el primer jugador de la historia salido de una universidad exclusiva para afroamericanos (Winston Salem State) en ser elegido en una primera ronda del Draft de la NBA. Después del boicot, sus compañeros Bob Petit (que era la estrella de los Hawks) y Cliff Hagan se quejaron a los propietarios de que lanzaba demasiado a canasta, y éstos presionaron al entrenador Paul Seymour para cambiar el rol de Hill en el equipo. El entrenador se negó, y el jugador fue inmediatamente despedido. Nunca volvió a jugar en la NBA. Desde 1962 a 1968 jugó en ligas menores, como la CBA, la ABL o la EPBL, pero ningún equipo de la NBA le hizo una oferta. Y fue un número 8 del draft en 1961, siendo campeón de conferencia en la universidad y promediando 26,7 puntos por partido.
Auerbach intentó convencer a sus jugadores para que jugaran, porque todas las entradas estaban vendidas y el partido se jugaría, aunque finalmente acabó llevándoles él mismo al aeropuerto. El partido en efecto se jugó, pero sólo con jugadores blancos. Por el contrario, el propietario de los Celtics, Walter Brown, le dijo a Auerbach que el partido no debería haberse jugado en absoluto y prometió «no volver a someter a mis jugadores a esa vergüenza nunca más». Ramsey también apoyó a Russell y a los demás jugadores negros, y dijo sentirse avergonzado como nativo de Kentucky (su famosa frase “ninguna persona con cerebro en Kentucky es segregacionista”). Sin embargo, la estrella más grande del equipo en ese momento, Bob Cousy, no dijo nada sobre el episodio, aunque en 2018 manifestó su arrepentimiento. Fíjense en la diferencia de la actitud de los jugadores blancos entonces y ahora.
Vamos con la segunda ocasión en la que hubo un boicot, aunque en este caso fue por sus derechos laborales. El All Star Game de la NBA venía celebrándose desde 1951, y en 1964 iba por primera vez a ser retransmitido en directo por televisión. Horas antes del partido, Tom Heinsohn, presidente del entonces ilegal sindicato de jugadores, dijo que no jugarían si no les reconocían como sindicato, y los propietarios hacían otra serie de concesiones. El dueño de los Lakers, Bob Short, amenazó a Jerry West y a los demás jugadores de los Lakers con expulsarles de la liga a perpetuidad si no jugaban el partido.
Finalmente, los propietarios cedieron: la liga reconoció al sindicato y se jugó el partido. Se hicieron concesiones importantes en todos los ámbitos. Se creó el primer plan de pensiones para jugadores de la NBA y se les concedieron seguros médicos. Los sueldos aumentaron, de modo que ya no tenían que buscar trabajos veraniegos. Se requirió que cada equipo contratara a un preparador físico. Tanto los jugadores como los propietarios se beneficiaron enormemente. La NBPA fue el primer sindicato en ser reconocido en los principales deportes estadounidenses. El béisbol (1966) y el fútbol americano (1968) pronto siguieron su ejemplo.
Bill Russell, que hoy tiene 86 años, ha visto, ha luchado y ha sufrido mucho. Por eso cuando el miércoles pasado animó a los jugadores de la NBA por defender lo que es justo, esas palabras adquirieron un significado muy especial. Hay veces que la vida es más grande que el juego.